FUENTE: Wine in Moderation/Moderation
BÉLGICA
Los menores de edad no deberían beber. Además, los jóvenes enfrentan mayores factores de riesgo por no tener plenamente desarrolladas las habilidades para tomar decisiones, lo cual queda reflejado en las frecuentes lesiones que sufren durante la adolescencia por la práctica de actividades en forma impetuosa e irreflexiva.
El cerebro de los jóvenes es más sensible a las lesiones causadas por el alcohol y no escuchan las señales de su cuerpo. Puesto que los adolescentes están en pleno desarrollo físico, por regla general no han desarrollado la misma capacidad para tolerar alcohol que los adultos. Se observa, asimismo, que la dependencia al alcohol se desarrolla con más facilidad si se empieza a consumir alcohol antes de la edad adulta.
Los investigadores han encontrado que cuanto más joven se empieza a beber, mayor será el riesgo de dependencia al alcohol más tarde en la vida.
Por añadidura, el alcohol daña el desarrollo cerebral de los jóvenes. Por consiguiente, consumir alcohol, y en particular consumirlo en atracones, cuando el desarrollo cerebral todavía no se ha finalizado, puede perjudicar el posterior funcionamiento de este.
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